La vida es un proceso singular con un origen singular.
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The life is a mysterious plot of chance, destiny, and character.
La vida es una misteriosa trama de azar, destino y carácter.
—Wilhelm Dilthey, filósofo y hermenéutico alemán (1833-1911).Según versiones, Dilthey formuló en alemán su frase; pero en la internet no se encuentra textual por ningún lado. Tal vez sería algo así como Das Leben ist eine geheimnisvolle Handlung des Zufalls, Schicksal und Charakter.
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La vida (humana) es la lucha del ser humano con el medio y su dominio.
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La vida es una sucesión continua de tomas de decisiones.
Por ejemplo, usted, una tarde al salir de su trabajo, sin prisas, sin preocupaciones, camina por la acera de equis calle o de ye avenida, al llegar a una esquina zeta deberá decidir si continúa de frente, dobla a la izquierda o dobla a la derecha, retorna o entra al café frente a cuya puerta se encuentra. Lo que sucederá luego de su decisión es imponderable, impredecible, es el inicio de UNA NUEVA cadena de sucesos; en el cerebro de usted puede haber incertidumbre, pero esto último, debido a las circunstancias sencillas del ejemplo, no debería preocuparle mucho.
Sin embargo en ese preciso momento, podría venir caminando hacia usted un acreedor (de usted) o su ex cónyuge (de usted), por ejemplo. ¡Ahí sí que cambiarían las circunstancias!
"Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo", dejó escrito el filósofo matritense José Ortega y Gasset (1883–1955), padre del ingeniero agrónomo, editor y escritor liberal y laico matritense José Ortega Spottorno (1916–2002), fundador este último de Alianza Editorial y del diario El País.
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La vida es una carrera de obstáculos. —Psicóloga venezolano-mexicana Tere Vale.
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"Somos lo que comemos." Esta frase es un cuento, una ocurrencia, una tontería, una vacilada.
Piaget sí sabe:
Un conejo que come col no se convierte en col; la col se convierte en conejo.
—Jean Piaget, psicólogo y epistemólogo suizo (1896-1980).
Lo que comemos se convierte en nosotros: si comemos sardinas, no nos convertimos en sardinas, más bien, las sardinas se convierten en seres humanos; si comemos zanahorias, las zanahorias se convierten en seres humanos. Si un tiburón come a un ser humano, el ser humano se convierte en tiburón.
Algunos afirman que se debe seguir una dieta sana, sin demasiadas grasas, sin excesos, sin fumar, y que la frase arriba anotada a eso se refiere. En sentido estricto tal frase es falsa. Esos veganos, vegetarianos, amantes de lo natural, que quieren vivir más sanamente, etcétera deberían concebir otra frase, o divulgarla, si es que ya existe, distinta, más certera.
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"Somos lo que pensamos". Otra burrada, esta vez de Buda (Sidarta Gautama) (563-483 a.C.).
El Dhammapada, atribuido al charlatán de Buda, principia así: "Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge de nuestros pensamientos".
Tal vez se refiera a nuestras acciones, más que "a lo que somos". Es una sentencia con aparente profundidad, pero los budistas, los admiradores de Buda, y aun los simples seguidores de su doctrina, deberían concebir otra frase, acaso, "Actuamos como pensamos", y no seguir a ciegas burradas del tal Sidarta Gautama, un payaso fundador de una "filosofía de vida", un "sistema ascético" o "una religión no teísta" o una "religión atea", según diversas interpretaciones. El budismo prohíbe matar animales. Prohíbe comprar carne porque eso causa que otros individuos maten animales. El charlatán y farsante Budilla chafilla murió a los 80 años luego de comer carne de cerdo, según algunas versiones; aunque no queda claro si falleció a consecuencia de esa comida o por alguna enfermedad. En algunas estatuas y figurillas se aprecia obeso, cebado como un marrano.
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"Somos lo que leemos".
Esta es una oratada mayúscula; implicaría que los analfabetos no existen. Habría que investigar quién fue el imbécil que acuñó la frase.
—Jean Piaget, psicólogo y epistemólogo suizo (1896-1980).
Lo que comemos se convierte en nosotros: si comemos sardinas, no nos convertimos en sardinas, más bien, las sardinas se convierten en seres humanos; si comemos zanahorias, las zanahorias se convierten en seres humanos. Si un tiburón come a un ser humano, el ser humano se convierte en tiburón.
Algunos afirman que se debe seguir una dieta sana, sin demasiadas grasas, sin excesos, sin fumar, y que la frase arriba anotada a eso se refiere. En sentido estricto tal frase es falsa. Esos veganos, vegetarianos, amantes de lo natural, que quieren vivir más sanamente, etcétera deberían concebir otra frase, o divulgarla, si es que ya existe, distinta, más certera.
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"Somos lo que pensamos". Otra burrada, esta vez de Buda (Sidarta Gautama) (563-483 a.C.).
El Dhammapada, atribuido al charlatán de Buda, principia así: "Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge de nuestros pensamientos".
Tal vez se refiera a nuestras acciones, más que "a lo que somos". Es una sentencia con aparente profundidad, pero los budistas, los admiradores de Buda, y aun los simples seguidores de su doctrina, deberían concebir otra frase, acaso, "Actuamos como pensamos", y no seguir a ciegas burradas del tal Sidarta Gautama, un payaso fundador de una "filosofía de vida", un "sistema ascético" o "una religión no teísta" o una "religión atea", según diversas interpretaciones. El budismo prohíbe matar animales. Prohíbe comprar carne porque eso causa que otros individuos maten animales. El charlatán y farsante Budilla chafilla murió a los 80 años luego de comer carne de cerdo, según algunas versiones; aunque no queda claro si falleció a consecuencia de esa comida o por alguna enfermedad. En algunas estatuas y figurillas se aprecia obeso, cebado como un marrano.
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"Somos lo que leemos".
Esta es una oratada mayúscula; implicaría que los analfabetos no existen. Habría que investigar quién fue el imbécil que acuñó la frase.
No obstante, si nos olvidamos de que los analfabetos (absolutos y funcionales o, más bien, disfuncionales) existen, tal frase parece referirse a que lo que leemos influye en nosotros. Si un joven lee muchos artículos, tratados y libros sobre electrónica, por ejemplo, tal vez luego de algunos años y con la incorporación de prácticas, llegará a ser un técnico competente o muy competente en electrónica.
Podrá reparar dispositivos electrónicos y ganar dinero por ello, o definitivamente, encontrar una manera de ganarse la vida que de alguna manera ya había vislumbrado o planeado, quizás.
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