El estilo de gobernar de Vicente Fox

A diferencia del estilo del presidente mexicano Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), de controlar de manera autoritaria a sus secretarios de Gabinete —al parecer, incluso ante la prensa, la radio y la televisión debían limitar sus expresiones, locuciones, su vertido de ideas y proyectos—, durante el sexenio de Vicente Fox Quesada (2000-2006), los secretarios del Gabinete foxista tuvieron grandes libertades y amplios márgenes de maniobra, similares a los de los ministros de regímenes parlamentarios, y hasta podían discutir y pelear entre ellos.

Fox fue un gran delegador de tareas, responsabilidades, ejercicio de facultades de funcionarios, mas gobernó con cierto desparpajo y era un dicharachero, no se tomaba las cosas muy en serio.

No obstante, Fox tuvo algunos buenos éxitos (también existen los malos éxitos):

En las páginas 263-264 del libro Historia de México —coordinado por Gisela von Wobeser—, Secretaría de Educación Pública (SEP)/Academia Mexicana de la Historia (AMH)/Fondo de Cultura Económica (FCE), México, 2010, el historiador y editor Enrique Krauze señala: «... en abono de Vicente Fox (además de su enorme mérito como catalizador de la alternancia democrática) hay que reconocer su manejo responsable de las finanzas públicas*, su respeto del orden democrático y la introducción de algunas reformas de la vida pública llamadas a perdurar, como la Ley de Transparencia.»

*El secretario de Hacienda era Francisco Gil Díaz; el gobernador del Banco de México era Guillermo Ortiz Martínez.

Al parecer, Fox no sabe mucho de teoría política ni de ideologías; o, si sabe, no lo demostró durante su mandato sexenal. Él es, ante todo, un empresario.

Además, tiene una esposa (muy) incómoda: Martha Sahagún Jiménez, quien es un plomo y enseñaba el cobre cuando exigía plata (sobre todo, a los grandes empresarios mexicanos) para su fundación Vamos México.